Resoluciones de año nuevo
Este año voy a aprender a comer remolacha. No sólo voy a comerla, voy a lograr disfrutarla. Ese es uno de mis propósitos de año nuevo y el tipo de resoluciones que todos deberíamos tener en nuestra lista año tras año. Metas concretas, que nos saquen de nuestra zona de comfort, que nos motiven a descubrir el mundo y a descubrirnos a nosotros mismos, que nos ayuden a enfrentar miedos y nos muevan hacia los nuevo y diferente. La vida es una y es hoy: más vale que empecemos a vivirla. Pero, ¿por dónde empezar? Tres palabras: cambiar de perspectiva.
La remolacha nunca me ha gustado. Siempre está allí o bañada en vinagre, sal y pimienta o en mayonesa, con su sabor a tierra dulzona. Claro que no me va a gustar. Pero el detalle está en que a veces no es el ingrediente lo que no nos gusta sino la manera en que está preparado o servido. Esto lo entendí cuando en el restaurante Blue Hill me sirvieron un tartar de remolacha con un huevo pochado y, aunque lo probé un poco asustada, me pareció espectacular. En el momento pensé que era ese plato preparado en ese lugar, pero que al final remolacha era remolacha y nunca me gustaría. A menos que cambiara de perspectiva, de que probara la remolacha con otros ingredientes, cocinada diferente y el resultado fuera como el de aquel tartar. Así que decidí probar la remolacha en tres recetas que no se parecieran y que pusieran al vegetal en contextos completamente diferentes. La primera receta: remolacha con queso de cabra, pistachos rostizados y semillas de cebolla. Resultado: repetí. Un éxito rotundo. Este experimento comienza bien y ya hasta me emociona probar las siguientes preparaciones. Stay tuned!
Remolacha con queso de cabra, pistachos y semillas de cebolla
Receta de Bon Appetit
Para 2 personas:
Ingredientes:
1 remolacha grande pelada y picada
Agua
½ taza de vinagre
1 cucharadita de paprika
2 cucharadas de queso de cabra suave
¼ taza de pistachos
1 cucharada de semillas de cebolla (conocidas como Nigella Seeds)
Aceite de oliva y sal marina para servir
Preparación:
En una olla coloca el vinagre, media cucharadita de paprika y cúbrela con agua. Coloca encima una cesta o rejilla para cocinar al vapor, agrega la remolacha, tapa y cocina durante 40 minutos o hasta que estén suaves. Mientras tanto coloca el pistacho en un sartén y dóralos.
Pasa la remolacha a un bowl, agrega el queso de cabra y con un tenedor machaca las remolachas dejando algunos pedazos grandes. Agrega el resto de la paprika y mezcla bien. Sirve con pistacho, semillas de cebolla, más queso de cabra si deseas y aceite de oliva.