Crema de arvejas y guisantes
No sé si ya se los he dicho aquí antes, pero amo las arvejas. Hay algo reconfortante en ellas que me transportan a casa. Aunque las preparo poco, cada cierto tiempo me provoca una buena sopa de arvejas. A veces las dejo enteras en su caldo con batata, aguacate y ricota, pero otras me provoca al estilo bebé, como una papilla espesa. Ésta es así. Sé que no suena apetitoso, pero es una ricura. Las cociné con guisantes y la trituré a penas para conseguir esa textura en la que todavía sientes las arvejas. Si la prefieren más cremosa, simplemente tritúrenla bien. Para elevarla pueden servirla con un toque de menta y un buenísimo pan tostado.
Ingredientes:
1 taza de arvejas crudas
1 ½ tazas de guisantes frescos o de lata
½ cebolla picadita
1 cebollín picado
1 diente de ajo picado
Caldo de vegetales o de pollo
¼ taza de perejil fresco
Sal y pimienta al gusto
Hojas de menta para servir (opcional)
Preparación:
Remoja las arvejas por lo menos 2 horas antes o incluso desde la noche anterior (sólo para que sean más fáciles de digerir y se cocinen más rápido). Cuela y lávalas bien.
En una olla calienta un poquito de aceite de oliva y sofríe la cebolla, cebollín y ajo. Cocina por 3-4 minutos y añade las arvejas, guisantes y caldo. Agrega el perejil y deja cocinar por 15 minutos o hasta que las arvejas estén blanditas. Pasa todo a una licuadora y tritura pulsando para lograr que se mezcle sólo lo justo (a menos que la prefieras muy cremosa, en ese caso tritúrala bien por unos 2 minutos). Lleva la crema a la olla nuevamente, sazona con sal y pimienta y mezcla bien.
Sirve la sopa con hojas de menta y un buen pan tostado.