¿Saben qué es difícil? Llevar un blog de comida en Venezuela. Publicar recetas con ingredientes complicados de conseguir -la mayoría a precios absurdos- que sólo unos pocos privilegiados, y con gran esfuerzo, nos damos el lujo de comprar de vez en cuando. Es difícil hablar de comida cuando tanta gente está pasando hambre. Es muy complicado hacer platos con el propósito de tomarles fotos mientras que seres humanos revisan la basura para poder llenar sus estómagos con lo que sea. Empiezo entonces a sentirme culpable por publicar cosas así, que sé que no tienen importancia para los tiempos que vivimos. Meto el contenido que tengo hecho en una gaveta, paro el blog, y espero a que mi trabajo vuelva a tener sentido para mí. Pero salgo a la calle y veo que las cosas siguen empeorando. La vida se vuelve cada vez más costosa y complicada para los venezolanos, las muertes aumentan, el miedo también crece y para muchos nuestro día a día se enfoca en protestar y en poner toda nuestra fe en que esto va a terminar pronto.

Sé que no estoy sola en esto y que así como para mí, para muchos sus trabajos y rutinas también han perdido el sentido. Pero luego lo entiendo. Son nuestras profesiones, hobbies, pasiones, las pequeñas cosas, las que también nos han movido a tantos a salir a protestar. Porque los seres humanos queremos garantías para vivir, pero después de tenerlas queremos vivir bien, queremos ser felices. Y son estas –no tan- pequeñas cosas las que nos hacen felices. Yo quiero, entre muchas otras cosas, poder seguir compartiendo contenido aquí. Poder, a través de una receta, un viaje o una visita a un lugar, inspirar a otros a experimentar, a verse, a trabajar en consciencia. También quiero publicar una receta y que cualquier persona que quiera hacerla pueda ir al mercado, comprar sus ingredientes y comer rico con su familia y punto. Así de básico. Porque es algo básico aunque ya lo veamos como extraordinario. Quiero que todos tengamos qué comer y que no sea un lujo estúpido para nadie aprender más sobre comida. Quiero sentirme orgullosa y no avergonzada de hacer lo que en un principio también me motivó a salir a protestar y exigirle a quienes nos gobiernan respeto por nuestra libertad.

Después de todo esto probablemente les parezca que estos son los tacos más tristes del mundo, pero la verdad son una delicia, y son –además de una excusa para postear algo en el blog- un recordatorio de algunas de las cosas por las que lucho: mi pasión, mi trabajo, el derecho más básico y más importante de cualquier ser humano, el sustento de la vida.

Tacos de flores de calabacín fritas

Ingredientes:

4 flores de calabacín

1 huevo

½ taza de harina de trigo

½ taza de panko (o pan rallado)

1/3 taza de queso crema

1/3 taza queso de cabra

2 cucharadas de cebollín picado

1 cucharada de eneldo picado

Sal y pimienta al gusto

½ taza de maíz

Aceite vegetal

4 tortillas de maíz o trigo

Cilantro para servir

Limón para servir

Para la salsa verde:

½ cebolla

1 cebollín

1 pimentón verde

1 diente de ajo

½ taza de cilantro

¼ taza de aceite de oliva

1 cucharada de jugo de limón

Preparación:

En el grill o en el horno en broil, rostiza la cebolla, el cebollín, el pimentón y el ajo de la salsa verde, hasta que estén bien chamuscados. Llévalos a una licuadora y añade el cilantro, el aceite de oliva y el jugo de limón. Tritura bien y sazona con sal y pimienta.

En un sartén coloca una cucharada de aceite de oliva y cocina el maíz a fuego alto hasta que dore y esté suave.

En un bowl mezcla los quesos y añade dos cucharadas de cebollín, el eneldo y sazona con sal y pimienta. Mezcla bien.

Con la ayuda de una cuchara, rellena las flores de calabacín y llévalas al freezer por 15 minutos. Arregla tres bowls, uno con el huevo batido, otro con harina de trigo y otro con panko. Retira las flores del freezer y pasa cada una por harina, huevo, panko, huevo y panko una vez más.

Calienta el aceite en un calderito o sartén a fuego alto. Fríe las flores empanizadas hasta que estén bien doradas y retira del fuego.

Para armar los tacos calienta las tortillas y rellena con las flores, el maíz, la salsa verde, cilantro y limón.